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¿bono de carbono o crédito de carbono?

Bonos de carbono o créditos de carbono: ¿la nueva criptomoneda?

Aug 04, 2025

Este instrumento financiero no sólo combate el calentamiento global, sino que también abre un abanico de beneficios y oportunidades económicas

El término correcto es “créditos de carbono”; sin embargo, popularmente se conocen como “bonos de carbono” y para muchos son las nuevas criptomonedas.

Y aunque no son lo mismo, se parecen: ambos son instrumentos financieros con los que se pueden obtener beneficios económicos, con la diferencia de que los primeros, además, contribuyen a cuidar del medio ambiente.

Muchas personas los ven como otra moda intangible, algo que sólo entienden los expertos en finanzas o ecología y que no tiene nada que ver con su vida cotidiana. Pero la realidad es que estos bonos de carbono o créditos de carbono además de tener un importante impacto ambiental, lo tienen en el precio de ciertos productos, en el clima y hasta en la forma en que las empresas operan.

El bono de carbono se ha convertido en un concepto fundamental en la lucha contra el cambio climático y cada vez atrae más la atención de empresas, inversionistas y gobiernos alrededor del mundo. Este instrumento financiero no sólo ofrece una manera de compensar las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que también abre un abanico de beneficios y oportunidades económicas.

¿Qué es un bono de carbono o crédito de carbono?

Un bono de carbono o crédito de carbono es, de forma muy simplificada, un permiso para emitir una tonelada de dióxido de carbono (CO₂), el gas que más contribuye al cambio climático. Pero también puede representar una tonelada que no se emitió o que se capturó del aire, gracias a acciones como proteger un bosque, restaurar un ecosistema o usar energías limpias.

Es decir: si una empresa contamina, puede compensar parte de su impacto ambiental negativo apoyando proyectos que ayudan a cuidar del medio ambiente, de tal forma que la emisión de créditos de carbono puede ser una herramienta útil cuando se diseña con rigor y se aplica con transparencia.

Para que estos instrumentos financieros tengan valor real, deben estar certificados con metodologías serias y verificables. Ese es precisamente el rol de organizaciones como Nat5 , que desarrollan estándares y certifican proyectos que cumplen con criterios ambientales, sociales y técnicos rigurosos.

¿Los créditos de carbono son como criptomonedas?

Tienen algo en común: no se tocan, no se ven, y se comercian digitalmente. Pero los bonos de carbono o créditos de carbono están ligados a cosas reales: bosques vivos, suelos saludables, paneles solares funcionando. No son pura especulación, aunque algunas empresas hayan hecho mal uso de ellos.

Es por eso que contar con una certificación confiable es clave. Una plataforma como Nat5, se enfoca en garantizar que estos instrumentos estén respaldados con evidencia, trazabilidad y beneficios tangibles. Más que un token, se trata de un compromiso medible con la naturaleza y las comunidades.

 Cómo impactan los créditos de carbono a las finanzas globales

Los bonos de carbono o créditos de carbono son ya una realidad. Aunque tú no los  compres directamente, su existencia presiona a las empresas a hacer las cosas mejor y cuidar del medio ambiente, además de incluirlos como activos intangibles en sus estados financieros. Grandes marcas están apostando por ellos para alcanzar metas ambientales, reducir su huella de carbono o cumplir con nuevas regulaciones.

Y si provienen de proyectos locales y confiables, pueden generar empleos, proteger la biodiversidad o mejorar la calidad del agua que consumes. Nat5  certifica proyectos de este tipo en México y América Latina, impulsando una economía regenerativa con estándares exigentes pero accesibles.

Por supuesto, los bonos de carbono o créditos de carbono no son una varita mágica. Lo más importante sigue siendo reducir emisiones desde la raíz, pero mientras eso ocurre, estos instrumentos financieros pueden ayudar a dirigir dinero hacia proyectos que cuidan del medio ambiente.

La diferencia está en cómo se hacen: en Nat5 se prioriza la transparencia, los estándares abiertos, la trazabilidad digital y la inclusión de comunidades en cada etapa. Certificar bien no sólo le da valor al bono de carbono, sino que construye confianza en todo el ecosistema.

Puedes conocer más sobre su enfoque en: https://www.nat5.bio/

O si este tema te interesa y quieres seguir aprendiendo sin enredarte en tecnicismos, te invitamos a tomar el curso gratuito Mercado de Carbono y Naturaleza 360, disponible en Ases Learning, ahí exploramos desde cero cómo funcionan estos mercados, qué oportunidades existen y cómo conectar economía y naturaleza con claridad y rigor.

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